Propuesta conceptual para el nuevo “Avery Fisher Hall” en Lincoln Center, Nueva York
Taller de diseño avanzado con Frank Gehry/Trattie Davies
Yale School of Architecture, 2008
Avery Fisher es un prisionero de Lincoln Center. La música clásica está cautiva en una caja que sólo unos pocos pueden disfrutar. Avery Fisher necesita explotar y dejar que la música fluya por las calles tocando todo y a todos en su camino.
Esta es una propuesta que aprovecha un paso de peatones problemático –el “corbatín” que genera la intersección entre las Avenidas Broadway y Columbus- y lo convierte en un lugar con varias capas en el que el programa arquitectónico de una institución cultural interactúa intensamente con los transeúntes y los edificios vecinos. El proyecto flota sobre las calles y conecta las aceras mediante rampas ciclistas y peatonales, aumentando la cantidad de fachadas activas. Los vehículos siguen circulando por debajo del edificio.
El movimiento y la circulación también se exploran dentro de la sala de conciertos y cuestionan la relación tradicional entre el escenario y el público. La propuesta incluye escenarios dispersos más pequeños que están conectados al escenario principal por rampas de circulación ampliadas. De este modo, la música se toca en distintas partes de la sala e incluso puede desplazarse durante el concierto. Aunque se trata de ideas que están siendo exploradas actualmente en el cine contemporáneo, el proyecto también se inspira en la experiencia espacial de la música en la arquitectura de iglesias barrocas.
Durante el proceso de diseño, se desarrolló una colaboración con el compositor Christopher Cerrone, de la Escuela de Música de Yale. Su pieza para múltiples escenarios, “Reading a Wave”, se adaptó al proyecto.